Las muertes registradas en carretera por accidentes de tráfico no guardan relación con las multas de radar que se ha impuesto a los conductores, nos apunta Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA). Estas multas deberían ser un ejemplo de concienciación, pero no ha sido así. Hasta el 21 de noviembre, según la información recogida de la base de datos de Tráfico, este año se han formulado algo más de 1.743.000 denuncias de velocidad por radar fijo, cuando en 2016, en ese mismo periodo, las denuncias fueron de 1.679.000. Hablamos de un 4 por ciento más.
Si analizamos los accidentes de tráfico en carretera, la cifra de fallecidos ha crecido este año un 4 por ciento. Entonces, ¿qué incidencia han tenido los radares? Ha habido más denuncias, nos explica Mario Arnaldo, pero también más víctimas mortales. Si los radares no cumplen esa función preventiva, entonces para lo que sirven realmente es para recaudar. ¿Están bien colocados, dónde realmente hacen falta, o sólo en lugares donde es más fácil multar?
AEA pide que se lleve a cabo una revisión de la política sancionadora porque no está teniendo incidencia en la disminución de accidentes. Habría que utilizar menos aparatos electrónicos y más presencia policial, que tiene mayor efecto en la seguridad vial.
Por otro lado, desde el RACE argumentan que los radares deben de estar colocados en vías de alta peligrosidad, nos comenta Tomás Santa Cecilia, director de Seguridad Vial del RACE. En este sentido habría que llevar a cabo una nueva política de ubicación de los radares fijos. Habría que centrar los esfuerzos en las carreteras convencionales y crear un plan de seguridad vial para este tipo de carreteras. Que se tengan en cuenta, además de radares, el mantenimiento de la vía, los márgenes de la carretera y la señalización.
Fuente: autopista.es
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